“La revolución digital no afecta sólo a la telefonía va a sacudir también a la banca, el seguro y todo tipo de industrias”
Gunther Oettinger (Comisario para la Economía y la Sociedad Digital de la Unión Europea).
El pasado seis de mayo la Comisión Europea presentó la última estrategia en su pretensión de alcanzar un Mercado Único Digital. Este proyecto y tras el fracaso de otros dos anteriores, busca aproximar las legislaciones europeas en materia de comercio en Internet para conseguir que la libre circulación de bienes y servicios llegue al mundo digital.
El objetivo sería crear un Mercado Único Digital que permitiera a empresas y consumidores aprovechar todo el potencial que ofrece el espacio económico compuesto por veintiocho países y quinientos millones de habitantes sin trabas tecnológicas, físicas, legales o fiscales, de manera que se fomentara con ello la creación y desarrollo de empresas innovadoras, y que estas compitieran con quienes actualmente copan el entorno comercial y cultural en Europa (las empresas estadounidenses que ahora dominan los sistemas operativos: Microsoft, Google, Amazon, Apple, Uber, etc.), de las treinta y dos mayores plataformas digitales del mundo sólo una Spotify es europea y de un país que no pertenece a la eurozona.
Con esta medida se pretendería aumentar la confianza de los consumidores, ya que solo el 38% de los europeos según datos de la Comisión confía a la hora de comprar por Internet bienes o servicios procedentes de otro país. El Parlamento Europeo estima que la consecución de un mercado único digital pleno impulsaría la economía europea con 360.000 millones de euros al año. Las principales propuestas estratégicas conllevarían:
• Facilitar la distribución. Eliminando trabas y rebajando el precio en la distribución, con el fin de reducir el precio final del producto para el consumidor.
• Eliminar frontera digitales. Para que los ciudadanos no tengan restringido el acceso a tiendas virtuales de ningún Estado miembro.
• Competencia electrónica. Se investigaría el sector del comercio electrónico en búsqueda de posibles prácticas anticompetitivas o de abuso de poder. Fijando como objetivo prioritario determinar y regular la relación entre las plataformas digitales y sus proveedores, controlando si la promoción de sus propios contenidos pone en desventaja a sus competidores.
• Telecomunicaciones. Revisión de su legislación con la intención entre otras de mejorar los estándares cuestiones como interoperabilidad, innovación digital o velocidad. También se pretende que sean aplicables las normas en materia de telecomunicaciones a las llamadas plataformas digitales (Facebook, Twitter, Skype), que operan con obligaciones mucho menos estrictas que las operadoras telefónicas tradicionales. En nuestra opinión como especialistas en derecho de las Telecomunicaciones cuestiones como el Roaming (el Parlamento propuso eliminarlo en 2016 pero los Estados del Consejo tras la presión de los lobbies optaron por mantenerlo al menos hasta el 2018) y la neutralidad de la Red son cuestiones prioritarias para el desarrollo de la economía digital.
• Copyright europeo. Para ello se facilitaría la expedición de licencias de derechos. El objetivo sería doble, que los consumidores tengan más y mejor acceso a todos los contenidos generados en la UE (las actuales diferencias entre normas de copyright o propiedad intelectual de un país a otro impiden en algunos casos la descarga de bienes digitales – música, películas, aplicaciones-) y luchar contra la piratería.
• IVA unificado. Uno de los puntos más delicados, dada su disparidad en la Unión Europea. El objetivo sería lograr armonizarlo para el comercio digital. Se propone también simplificar la gestión de este impuesto a las empresas reduciendo sus trámites administrativos, así las pequeñas y medianas empresas aplicarían el tipo de imposición de su país y se evitarían tener que operar con tipos diferentes en cada mercado nacional.
• Intercambio de datos. Se reforzaría el intercambio de datos en el territorio digital comunitario. Se pretende asegurar el respeto a la privacidad con más ciberseguridad en la red. Entre las propuestas se incluye, la posibilidad de lanzar una nube europea, es decir, un espacio digital en la UE a través del que los usuarios puedan acceder a sus contenidos.
• Más digitalización. Más allá del comercio digital se pretende que otros sectores clave de la economía entren en el mundo digital, en especial la sanidad, la energía o el transporte.
Nuestra opinión como abogados especialistas en derecho digital es que la iniciativa de la Comisión ha de ser valorada positivamente (cuestiones como la modificación del marco normativo que regula el copyright, la facilitación de la gestión de IVA transeuropeo, la armonización de las normas que protejan a los consumidores, la mejora del acceso al comercio electrónico, son medidas que sin duda han de suponer un avance significativo), no obstante el camino estará lleno de inconvenientes, entre otros, los muchos intereses en juego desde el punto de vista cultural, económico, laboral y por su puesto los propios del poder de los lobbies (como ocurrió con los intentos por armonizar el sector de las telecomunicaciones) a lo que se ha de añadir la burocracia de Bruselas y su posterior implementación nacional, pues será necesario el consenso del Consejo Europeo a finales de junio, su posterior traslado al Parlamento, su ratificación de nuevo por el Consejo y finalmente que los Estados miembros regulen estas medidas para favorecer el potencial del mercado digital unitario pretendido.
Desde el departamento de Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones de Belzuz Abogadospodemos pronosticar que los próximos meses serán claves para comprobar si estas reformas logran avanzar y consolidarse o, por el contrario, se diluyen una vez más en el tiempo; para ello, los Estados miembros deberán “bregar” con cuestiones coyunturales como el idioma (no todas las páginas web están en lengua accesibles para la mayoría), la desconfianza aún existente a comprar por internet, el exceso de información solicitada para una transacción, con problemas estructurales como resolver la cuestión de los veintiocho IVA existentes, las reclamaciones y los costes de envíos internacionales, o el bloqueo geográfico (hay países, sectores o proveedores de servicios que impiden el acceso a cierto contenidos en función del origen del IP del usuario). En definitiva, la legislación necesaria no sería una realidad antes del 2017, y mientras, la denominada Digital Single Market Strategy for Europe es una ilusión carente de contenido.
Departamento de Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC)
Belzuz Abogados SLP
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